Fiesta de la Santísima Trinidad
Hoy celebramos a la Santísima Trinidad; celebrar la Santísima Trinidad es saber por la fe, la esperanza y la caridad, que Dios es Trino y Uno.
Entendiendo que los Tres son particulares, pero a la vez son uno en la complementariedad. Y efectivamente, esto solamente lo comprendemos y lo vivimos en la fe y en el creer en nuestra religión y a quien pertenecemos (a Dios).
En el Evangelio, nos cuenta Juan, cómo Jesús envía al Espíritu Santo y nos explica la unidad y complementariedad entre Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo; dando énfasis en que por medio del Espíritu Santo entenderemos y aceptaremos la Verdad, Dios Hijo lo envía y a su vez, Dios Padre otorga las bendiciones.
Por nuestras propias fuerzas, no podemos tener un camino seguro y cierto; requerimos de nuestro Creador para sentirnos completos. Nuestra naturaleza nos guía a Dios quien es nuestro creador y a Él vamos (de regreso); necesitamos pues, entender y acoger que en nuestro caminar terreno, Dios puede formar parte importante y de esa manera sentirnos plenos. ¿A quién no le gusta sentir el cobijo y protección de su padre o madre? Supongo que a todos, por ejemplo, desde pequeños, al llorar requerimos la protección y consuelo de nuestros padres. Entonces, en toda edad, Dios es nuestro consuelo, cobijo, apoyo… simplemente nuestro Dios.
¿Cómo podemos hacerle para iniciar con una vida, donde Dios entre y pertenezca? Podemos iniciar con la oración, ya luego Dios va marcando los pasos (con ayuda de un Director Espiritual o consejo de un Sacerdote).
Ahora queda ideal la oración al Espíritu Santo para que nos ayude a conocer la Verdad e ir propiciando el encuentro cercano con Dios en nuestra vida.
Ven Espíritu Santo,
Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía Tu Espíritu Creador.
Y Renueva la Faz de la Tierra.
Así sea.
Oremos: Oh Dios, que has querido iluminar los corazones de tus hijos, con la luz del Espíritu Santo. Haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de sus consuelos. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.
Deseo que Dios, derrame en todos, sus bendiciones.
Karen Reynoso Vudoyra. IRC