<< FUISTE FIEL EN LO POCO.
SIÉNTATE A LA MESA CON TU SEÑOR. >>
Hoy, el Señor nos invita a preparar nuestro encuentro con Él, haciendo fructificar los dones que de su misericordia hemos recibido.
La primera lectura tomada del libro de Proverbios. Resalta la valía de la mujer y destaca en ella virtudes como la laboriosidad, la prudencia, la generosidad y la sabiduría, cualidades que deben en si distinguir a todo creyente que se encamina hacia la consecución de una vida plena y de la eternidad. De esto último nos habla la primera carta a los Tesalonicenses, en la que San Pablo nos indica que no conocemos el día de la venida del Señor, pero en nuestras manos esta prepararnos y mantenernos activos en la fe sin caer en la ociosidad en aquellas tareas que tenemos pendientes a nivel personal, comunitario y social. Cristo viene a nuestro encuentro todos los días y si bien estamos salvos en su Nombre, necesitamos dar testimonio de tan grande acontecimiento diariamente.
Finalmente, el Evangelio nos propone la parábola de los talentos que compara las actitudes de los sirvientes entre sí, alabando la pericia y fidelidad de los dos primeros, pero recriminando al tercero por su falta de iniciativa para hacer fructificar lo encomendado.
Como en la parábola, todos hemos recibido dones según nuestra capacidad, así que estamos llamados a crecer según lo sembrado por Dios en cada uno de nosotros, sin caer en comparaciones, si no estando comprometidos con el propio crecimiento para honrar al Señor y servir a los hermanos.
Desarrollemos sin miedo lo que Dios mismo nos ha dado para ser felices y ayudar a los otros, como diría San Agustín << Dios no exige más de ti que lo que te dio interiormente>>.
Hna. Rosa Isela Rangel Medina csj