«Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco»
Hoy celebramos el Bautismo del Señor. El Evangelio nos muestra las palabras que Dios dirige a su Hijo y que hoy también nos las dirige a nosotros. Si prestamos atención y hacemos silencio interior podremos escuchar como Dios nos dice a cada uno/a: “Eres mi preferido/a y te miro como mi único/a”
Cuando nos encontramos con Dios, nos encontramos o reencontramos con ese Amor único, con esa preferencia. Es esta mirada la que nos tiene que dar sentido a nuestro existir, confianza, fortaleza en los momentos difíciles.
Solamente cuando recordamos esta mirada de predilección es cuando somos capaces de ponernos en pie.
Toda entrega generosa únicamente tiene sentido cuando nos hemos experimentado amados de esta manera y nos damos cuenta de que Dios nos amó primero y a cambio de nada, nos ama de forma única sin pedir nada a cambio, es el Amor primero y gratuito.
Muchas veces nos cuesta creernos el “te quiero” de Dios hacia nosotros. Por eso hoy el Señor nos hace la invitación a repetir: “Yo, solamente yo, y no otro, yo, soy una criatura digna de ser amada, y el amor que Dios tiene para mí es único”
El empeño del Señor es sentarse a nuestro lado para recordarnos que somos valiosos a sus ojos y que lo único que espera es que seamos nosotros mismos. Él no necesita que seamos como otra persona, ni tiene que molestarnos el brillo de los demás porque tal cual somos es como nos ama.
El encuentro de nuestra pequeñez con su mirada de amor ha de ser lo más hermoso en nuestra vida, el regalo más valioso, lo que nos de paz y alegría de corazón.
Cada día nos espera para mirarnos y seguirnos recordando a cada uno/a:
“Eres mi preferido/a”
Hna. Verónica Estévez Rizo CSJ