Señor, que sepa llegar hasta la sangre en la pelea contra el pecado (Hb. 12,4) El servicio de Dios tomado en serio no ofrece una vida cómoda y tranquila. Jeremías nos lo muestra hoy, ha venido a ser varón discutido y debatido en el país (Jr. 15, 10). En el Salmo 39, 2.3 escuchamos la presencia de Dios que escucha nuestra súplica y levanta de la charca fangosa. Pablo nos alienta a la fe intrépida corramos en la carrera que nos toca, fijos los ojos en Él (Hb. 12, 1-2) Y en nuestra mirada el ejemplo divino que necesita mirar el creyente: Cristo. Soportó la cruz sin miedo a la ignominia ¡Oh, Jesús, mi dulce Capitán! Alzando el estandarte de tu cruz me dices amorosamente: Toma la cruz que te presento y, aunque te parezca grave su peso, sígueme y no dudes. Para responder a tu invitación, te prometo, celestial Esposo mío, no resistir más a tu amor. Pero ya veo que te encaminas al calvario, y tu esposa te sigue prontamente Dispón siempre de mí como más te agrade, que con todo estaré contenta, con tal que te siga por el camino del calvario, y cuanto más espinosa la encuentre y más pesada la cruz, tanto más consolada me sentiré, pues deseo amarte con amor paciente con amor sólido y sin división. Santa Teresa Margarita Redi. La spiritualitá. Hna. Pilar Reverte Almodóvar. CdSJ.