DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO MT.18, 15-20. Jesús nos invita a la corrección fraterna «desde las buenas maneras»; las buenas maneras abren barreras entre las hermanas, el mismo Jesús nos da la estrategia: un testigo en la corrección, es decir que sea cualificado, que dé testimonio con su ejemplo de vida. Recuerda que Una gota de agua puede perforar una roca. El tenernos paciencia unas a otras, va edificando una vida fraterna, es el estar abiertas para la corrección sin verlo a título personal, sino como el bien que desea la hermana para el crecimiento personal y comunitario. Retomemos nuestro seguimiento a Jesús y apostemos por edificar una comunidad fraterna, donde se hagan las correcciones desde el exquisito amor, así se harán vida las palabras de Madre Rosa Ojeda, de amarnos unas a otras, finalmente el evangelio termina resaltando la unidad de la oración, unámonos en oración por las necesidades de cada una en particular y por las de la Congregación. Recordemos un pensamiento de Edith Stein que es significativo tener en cuenta en la corrección fraterna: He aprendido que rara vez se puede mejorar a las personas diciéndoles la verdad. Eso sólo puede ayudarles cuando ellas tienen un sincero deseo de mejorar y cuando ellas mismas conceden a alguien el derecho a decírsela Hna. Marina Flores Guerra csj