POR TU PALABRA, ECHARÉ LAS REDES
En las lecturas de este domingo, el mensaje central, que nos invitan a contemplar, es que Dios ve nuestra fragilidad humana. En el antiguo testamento, a Isaías, se le concede participar, primero como espectador, “Santo, santo, santo es el Señor del universo….” después como participante, “al tocar estos tus labios, ha desaparecido tu culpa, esta perdonado tu pecado”.
Los ojos de Isaías no pueden contemplar aquella escena sin sentirse desnudo, impuro, profano, indigno y pecador. Por otro lado, nos invita a estar atentos a la llamada que Dios nos hace, esta lectura también trata de la vocación profética de Isaías, es elegido, es consagrado profeta del Señor. Isaías es agraciado con una revelación; goza de cierta intimidad divina: “entonces escuché la voz del Señor, que decía: “¿A quién enviare? ¿Quién ira delante de nosotros?”, Isaías ha visto a Dios sin morir. Esto explica en cierto modo, la pronta y decidida contestación de Isaías, “Aquí estoy, envíame”.
En la segunda lectura, San Pablo nos recuerda que en la medida que va haciendo vida las enseñanzas de Jesús, toda su existencia se va transformando. El mismo nos cuenta cuál fue su historia de vida, la plasma para animarnos que a pesar que fue un perseguidor de Jesús, de su Iglesia, creyó y se dejó poseer por el gran amor que Dios le dio, cae en la cuenta de que es salvado por esta misma misericordia. “Por la gracia de Dios soy lo que soy”.
Esta misma gracia que experimentamos es la que nos debe empujar a llevar el gozo y la paz a otros, porque, nos sentimos seguidores de Jesús, necesitamos hacer vida, este amor de Dios hacia los hermanos.
El Evangelio de Lucas, inicia con estas palabras “…la gente se agolpaban a Jesús para oír la palabra de Dios”. Esta es la actitud apropiada del discípulo para con el Maestro, del pueblo y todos los que están pronto a escuchar y querer alimentarse de las palabras del Señor. “Cuando acabo de hablar, dijo a Simón; Rema mar adentro y echad vuestras redes para la pesca”, la indicación de Jesús de echar las redes, y que es obedecida por Pedro, contra toda esperanza, se verá reflejada por la victoria, “pero, por tu palabra, echaré las redes”, deja todo en las manos de Jesús, confía y se deja llevar.
Si somos consagradas al Señor, somos hijas de Dios, entonces ¿Porque nuestras dudas?
Recordemos que la confianza en el Maestro, reflejada en este pasaje, es por la cual se produce en Milagro.
Hna. Lidia Damián Solano CSJ