EVALUAR, AGRADECER
Y PROYECTAR DESDE EL AMOR
Hoy celebramos el final del año litúrgico declarando a CRISTO como REY DEL UNIVERSO.
Por ello, este domingo es un día para evaluar, agradecer y proyectar, pues estamos a punto de iniciar un nuevo año litúrgico que se presenta como un camino de madurez y avance integral.
La liturgia de hoy nos propone un bello camino para celebrar este día especial, al presentarnos cómo reina Dios, cómo participamos de su reinado y finalmente, cuáles son los frutos de todo este proceso.
El profeta Ezequiel, en la primera lectura, inicia presentándonos las características de Nuestro rey:
Un Pastor que cuida con delicadeza.
Un guía que cura y protege a su pueblo.
Bajo este criterio, podemos identificar cuáles son los falsos reyes que intentan quitarle el lugar a Cristo en nuestra vida, pues sólo nos dejan intranquilidad y vacío.
El apóstol Pablo por su parte , nos indica que los creyentes participamos del reinado de Dios cuando declaramos la victoria de Cristo sobre la muerte y el pecado , estableciendo relaciones interpersonales basadas en la misericordia, la verdad y la solidaridad, es decir buscando la protección de la dignidad humana.
Evaluando nuestra manera de relacionarnos, ¿Qué reino estamos anunciando? Finalmente, el Evangelio nos muestra los frutos que obtenemos al dejar reinar a Cristo en nuestras vida, pues llegamos a ser agentes de verdadera transformación y restauración en la sociedad, por el amor.
Cada vez que dejamos que Cristo reine sobre nosotros, neutralizamos el poder de la envidia, la codicia, el maltrato y el engaño, y somos capaces de acercarnos al sediento, al hambriento, al desnudo y al preso, reconociendo en ellos al mismo Jesús. De este modo, vencemos la indiferencia y tomamos parte activa en la restauración del mundo, y así comprendemos que la plenitud de los tiempos está en la PLENITUD DEL AMOR.
Hna. Rosa Isela Rangel Medina csj